Alsacia y Selva Negra, Viaje 2017

Día 7 – Alsacia: Riquewihr. Kaysersberg. Eguisheim. Colmar.

Hoy tocaba recorrido por tres de los pueblos más bonitos de Alsacia: Riquewihr, Kaysersberg y Eguisheim.

Riquewihr se encuentra a escasa media hora de Colmar y es conocida por sus viñedos. Este pequeño pueblo está clasificado como uno de los pueblos mas bonitos de Francia. Junto con Eguisheim, es una de las visitas que consideramos imprescindibles si estas por la zona. En la parte más baja del pueblo visitamos el Ayuntamiento, recorriendo la calle General de Gaulle, que atraviesa el pueblo de lado a lado, llegando a una bonita plaza donde se encuentra la Fuente Sinne y dominando la plaza, la Torre Dolder.  También visitamos la Rue des Trois Églises, donde se encuentran las tres iglesias que dan nombre a la calle: Notre Dame, San Erard y Santa Margarita.

Desde aquí, pusimos rumbo a Kaysersberg, un precioso pueblo que nos recibió con un enorme y colorido arcoíris.

Paseamos por sus calles visitando: Tour Des Vouleurs ou des Sorcières, Eglise Sainte Croix, Fontaine Constantin, Castillo de Kaysersberg y Puente Ancien Lavoir. No nos entretuvimos demasiado, ya que al siguiente punto le teníamos muchas ganas, ¿quién no ha visto la famosa foto del palomar en Eguisheim? Pues ese era nuestro siguiente destino.

El pueblo de Eguisheim es uno de los de mayor encanto de Alsacia y se encuentra también en la lista de los Pueblos más bonitos de Francia. Todo el pueblo está rodeado de una muralla, lo que hace que, con un recorrido circular, podamos perdernos por todos los puntos a visitar de este pueblo. Nosotros rodeamos todo el pueblo por la calle de las murallas para acabar en la zona central. Justo al inicio se encuentra el rincón más bonito de la villa, le Pigeonnier (el Palomar).

Lo realmente especial de este pueblo es pasear por sus preciosas y estrechas calles empedradas, donde hay infinidad de coloridas casas alsacianas. Aquí también pudimos visitar su mercadillo navideño.

Después de tanta visita, decidimos volver a Colmar para seguir conociendo la ciudad. Nos acercamos de nuevo a algunos de los mercadillos navideños y aprovechamos el paseo para visitar uno de los puntos más bonitos y famosos de la ciudad, la Petite Venise, donde se encuentra el Canal de Lauch. Aquí todos los sábados, en época navideña, a las 17h pasan niños cantando villancicos en las barquitas, pero por alguna razón, aunque era sábado, no vimos nada, con la ilusión que nos hacía…

Seguimos paseando hasta La Casa Koifhus en la plaza de Ancienne Douane, para llegar a la casa Pfister (para los seguidores del Studio Ghibli, este edificio aparece en la película “El Castillo Ambulante”).

Y vin chaud en mano, picoteando de cada mercadillo, se terminó uno de los días más completos del viaje, en los que visitamos tantos pueblos bonitos, que creímos estar en un cuento.

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