Islandia, Viaje 2018

Día 4: Fiordos del este

Recorrido aproximado del día: 347 km – 5 h 33 min.

Hoy nos esperaba un día de los largos y más duros que creíamos en carretera. Llegaremos a Egilsstadir por los fiordos del este, evitando el paso de Oxi (cerrado en esta época del año).

La carretera de los fiordos es realmente preciosa, vas observando todos los acantilados y el mar siempre a tus pies. Durante todo el tramo suele haber lugares en la carretera para apartarte, así que fuimos haciendo paradas cada cierto tiempo para observar el paisaje.

En uno de los tramos, pudimos incluso ver un par de renos caribú.

Tras varios km la carretera empezó a tener bastante hielo y había que circular con precaución, pero aún no sabíamos lo que nos esperaría más adelante. Unas dos horas y media después, llegamos a la preciosa iglesia blanca con tejado azul, situada en Stödvarfjördur, un pequeño pueblo pesquero.

También intentamos acercarnos a un faro cercano, pero la carretera estaba cortada por nieve. Este día teníamos pensado visitar el fiordo Mjóifjördur, donde se encuentra un barco abandonado, pero tras consultar la web del estado de las carreteras, comprobamos que estaba cerrada por nieve. Es lo que tiene viajar en estas fechas a Islandia, nada es previsible, por lo que tienes que ir amoldándote al tiempo cada día.

Así que, ahora sí, pusimos rumbo a Egilsstadir. Nos quedaba aproximadamente una hora de viaje, y fue una hora eterna y muy muy dura en carretera. Esta empezó a estar cubierta por hielo y nieve, mucha nieve y a pesar de que llevábamos un 4×4 con ruedas de clavos, el coche se nos iba continuamente. Ver como los coches vienen enfrente tuya sin ningún control, culeando, hace que se pasen momentos duros al volante. Afortunadamente, no fue un tramo demasiado largo y conseguimos llegar al siguiente destino sin ningún percance.

Por fin llegamos a Egilsstadir. Decidimos ir a hacer la compra en un Bonus de la zona, comer y así esperar a poder hacer el check-in en nuestro alojamiento de hoy. Nos preparamos unos noddles en el coche con el hervidor que llevamos de casa. También aprovechamos para enviar unas postales que habíamos comprado días antes.

Tras subir nuestro equipaje a la guesthouse de hoy, decidimos poner rumbo a Seidisfjordur, un pequeño pueblo famoso por su iglesia azul y su camino de piedras multicolores. No conseguimos llegar allí, y es que en cuanto abandonamos Egilsstadir, la niebla se hizo densa, empezó a caer mucha nieve y el aire que azotaba impedía hasta ver los palos amarillos indicadores de la carretera. Estuvimos parados unos 10 minutos sin poder avanzar porque era imposible ver, el coche nuevamente se iba y no quisimos arriesgarnos más. En cuanto pudimos, volvimos sobre nuestros pasos a Egilsstadir.

Decidimos descansar el resto del día, teníamos demasiada tensión acumulada del durísimo trayecto en carretera de hoy. Un café y un libro nos ayudaron a relajarnos en el salón del alojamiento.

Aprovechamos la cocina del hotel para hacernos algo de pasta para cenar. Hoy el índice de auroras era bueno, pero el cielo estaba totalmente encapotado, 4 días en Islandia y aún no habíamos podido verlas en todo su esplendor, empezábamos a perder la esperanza.

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