Road Trip USA, Viaje 2017

Día 11 – De Las Vegas a Mammoth Lakes atravesando Death Valley

La hora a la que despierte uno en Las Vegas es completamente indiferente, ya que el sonido de fondo será el mismo siempre. El constante “chundachunda” llega a ser algo cansino si las paredes y ventanas del hotel no aíslan lo suficiente, así que si tenéis el sueño algo frágil, aseguraos bien en la elección de la zona donde os queráis alojar porque podéis llegar a pasar una mala noche y en unas vacaciones de carretera es muy importante descansar lo máximo posible.

En nuestro caso, debido al cansancio acumulado, no hubo problema en quedarnos fritos a la mínima y pudimos amanecer con el cuerpo listo para las 7 horas de asfalto que debíamos afrontar. Antes de abandonar definitivamente esta locura de ciudad, nos acercamos al que puede que sea el punto más icónico de Las Vegas, el ya mítico cartel “Welcome to the Fabulous Las Vegas”, donde, como era de esperar, se había formado una cola para hacerse la instantánea de turno. Cuidado aquí, ya que la línea la había creado un avispao que se ofrecía a sacarte la foto por, digamos…la “voluntad”, así que en cuanto nos percatamos del asunto, decidimos romper filas y hacernos a un lado para disparar con mayor comodidad. ¿No ha quedado mal, verdad?

Salimos pitando de la ciudad y, tras unas dos horas y media al volante, nos adentrábamos en Death Valley, un peculiar paraje que no deja indiferente a nadie y que a pesar de lo que se pueda pensar debido a su desértica apariencia, sorprende nada más pisarlo.

Antes de emprender esta aventura os recomendamos llevar, al menos, 3 litros de agua por persona, crema solar y una gorra para cada vez que os apeéis del coche. Tampoco está de más comprobar el estado del coche de alquiler, prestando especial atención a la presión de las ruedas, líquido refrigerante y aceite, asegurándonos que éstos últimos se encuentren en los niveles adecuados. A unos poderosos 50º que se alcanzan en verano no sería ninguna broma quedarse tirado en medio de la nada.

Pues bien, ya inmersos en el Valle de la Muerte, el primer punto que visitamos fue Dante´s View, desde donde hay una panorámica espectacular de Badwater Basin. Llegar aquí es bastante duro para el coche, ya que el final del trayecto tiene una subida del 15%, por lo que es recomendable apagar el aire acondicionado durante este tramo para que nuestro compi no sufra en exceso.

Tras esta visita, nos acercamos al siguiente punto, Zabriskie Point, el que junto con Artist´s Drive, que mencionaremos más adelante, fueron nuestros lugares preferidos.

Decidimos ahora hacer una parada en Furnace Creek (Furnace en inglés significa horno, así que echad cuentas), donde se encuentra el Visitor Center. Aquí nos compramos unos sándwiches que pudimos disfrutar a “tan solo” 47º en una zona cubierta exterior, donde la botella de agua se nos iba calentando a grado por minuto.

Con el último bocado, reanudamos la marcha, ya que aún nos quedaba bastante por ver y mucho que rodar hasta llegar a la que sería nuestra base para esta noche.

Y aquí llegó nuestro gran error del día. Llevábamos anotada la visita a Devil´s Golf Course, una extensión de sal en mitad del valle, pero lo que no sabíamos era que la carretera estaba principalmente recomendada para vehículos todoterreno. Fue un trayecto realmente horrible, de un traqueteo impresionante y aunque nuestro Mustang se portó como todo un campeón, estamos seguros de que las suspensiones aún se están acordando de nosotros. De todas maneras, la recompensa fue merecida y pudimos admirar en soledad uno de los panoramas más extraños (y bonitos a su manera) de la zona.

Nuestro siguiente destino fue el que quizás sea uno de los puntos más famosos del parque, Badwater Basin, en primer lugar por ser el punto más bajo del hemisferio occidental, ¡85.5 m por debajo del nivel del mar! y en segundo lugar, por haberse registrado allí el record mundial de temperatura más alta, 58 °C. Nada más llegar, comenzamos a ver como a lo lejos comenzaba a formarse una tormenta. El cielo se encapotó en cuestión de minutos y solamente se filtraban unos leves rayos de sol entre las oscuras nubes, por lo que nos apresuramos a intentar realizar todo el camino hasta el final de la gran extensión de sal, aprovechando que estábamos a salvo del astro rey pero sin pausa para intentar que no nos pillase el agua.

Finalmente, el tormentón, aunque amenazante con numerosos relámpagos, nos dio la tregua suficiente como para salir secos y salvos de aquel lugar y poder ponernos rumbo al que, sinceramente podríamos afirmar fue nuestro segundo punto favorito del viaje, Artist´s Drive. Esta voluptuosa y divertida carretera nos llevó hasta Artist´s Palette, donde los distintos minerales que componen el suelo de las colinas, otorgan unos vistosos colores a las piedras volcánicas, desde el amarillo al azul, pasando por el rosa y el violeta, imprimiendo una panorámica realmente bonita. Pero para nosotros, lo mejor fue recorrer la comentada Artist´s Drive, una carretera de sentido único repleta de cambios de rasante y curvas que hacen las delicias de cualquiera que le guste la conducción.

Ya a punto de salir de esta entretenidísima montaña rusa de asfalto, la tormenta empezó a asomar la cabeza y lo que empezó como cuatro gotas de nada, se fue transformando en una chaparrón que dejó totalmente anegada de agua la mayoría de los tramos de la carretera. Sí señores, hemos estado en Death Valley y nos ha llovido. La conducción empezó a dificultarse, sobretodo en cuanto a visibilidad y tuvimos que ir gran parte del trayecto esquivando las numerosas bañeras de agua que se iban formando en la carretera, mientras los limpiaparabrisas hacían lo que podían a máxima velocidad. Minutos más tarde vimos aparecer en escena unas máquinas ¿quita agua? (no sé si se pueden llamar así), que comenzaron a apartar todo el agua hacia las cunetas para facilitar la circulación lo máximo posible. Aquí entendimos perfectamente el porqué de la presencia de tantísimos carteles de advertencia que indicaban “Flash Flood” o lo que es lo mismo, inundación relámpago. Así que si circuláis por zonas plagadas de este tipo de señales, prestad especial atención al cielo porque por muy desértica que sea la zona, puede convertirse rápidamente en una pista de patinaje muy peligrosa.

Todavía nos quedaban más de 3 horas para llegar a destino y el Sol había comenzado a ponerse. Para cuando llegamos a Mesquite Sand Dunes, la tormenta había amainado por fin y decidimos posarnos un rato a hacer un par de fotos.

De nuevo en ruta, vemos que de repente algo se cruza en el camino a lo lejos. Para nuestra sorpresa, se trataba nada más y nada menos que de un coyote. Estuvimos un rato observándolo y con la satisfacción de habernos cruzado con uno de estos esquivos animales por primera vez, recorrimos las casi 200 millas que nos quedaban hasta Bishop donde teníamos pensado cenar.

Para todo aquel que decida hacer este viaje, le recomendamos dormir en Lone Pine o Bishop, porque para llegar a Mammoth Lakes aún quedaría una hora desde este punto y puede llegar a hacerse bastante duro.

Llegamos a Bishop ya entrada la noche, por lo que ya tan solo podíamos cenar en alguna cadena de comida rápida que es lo único que permanecía abierto a esas horas. El elegido, como no, nuestro querido Taco Bell.

Por fin, agotados, llegamos a Mammoth Lakes tras un intenso día, pasando de los 47ׄ °C del Valle de la Muerte a los 9 °C de Mammoth y de los 85m por debajo del nivel del mar en el punto más bajo de Badwater Basin a los aproximadamente 2400 metros en esta bonita región de montaña.

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