Road Trip USA, Viaje 2017

Día 10 – Las Vegas

Cuando tras leer varios blogs me enteré que en Las Vegas existían varios locales donde poder disparar armas de fuego, no me lo pensé ni un minuto y como un par de semanas antes del viaje era el cumpleaños de Fon, decidí regalárselo.

Así pues, ese día madrugamos, desayunamos algo en un Starbucks cercano a nuestro hotel y nos fuimos al local The Gun Store. En concreto, yo le regalé “The Gun Store Package” que incluye: 25 disparos de MP5, 25 disparos de M16 y 10 disparos de P226, también incluye el alquiler de protección (gafas y protector de oídos) así como una camiseta y los paneles a los que disparas de regalo.

Los empleados de la tienda fueron muy amables y nos lo explicaron todo super bien. Fon pasó un rato descargando adrenalina y para nuestra sorpresa acertó bastantes objetivos (se ve que las horas de videojuegos están bien invertidas). La verdad que se le pasó en un santiamén y se quedó con ganas de más, así que, si algún día volvemos a Las Vegas, seguro que repetimos experiencia y puede que también me anime a probarlo.

Más tarde, pusimos rumbo a los Premium Outlets de la zona norte, visitando de paso uno de tantos murales que se pueden encontrar y alguna de las capillas para bodas de la zona. Aquí Fon se acojonó un poco, porque se creía que le iba a engañar de nuevo para casarnos, pero la cosa solo quedó en un susto.

También, como dato curioso (y un poco friki) del día, nos pasamos por la tienda de empeños Gold & Silver Pawn Shop, del conocido programa de televisión “La Casa de Empeños”, con Rick Harrison, para hacernos alguna fotilla en el exterior y echar un vistazo dentro. Como esperábamos, ni Rick ni ninguno de sus compañeros del programa se encontraban allí pero pudimos visitar la tienda y ver algunas de las rarezas que pueblan sus estanterías. Dentro del local solamente se pueden hacer fotos junto a un Rick Harrison de cartón a tamaño real, lo que es perfecto para decir eso de: “No lo sé, Rick…parece falso”.

Ahora sí, con nuestro amado Mustang descapotado, disfrutando de las calles de Las Vegas, llegamos a los outlet. Allí nos pasamos gran parte del día recorriendo las tiendas que más nos interesaban y arrasando en varias de las que contienen algunas de nuestras marcas preferidas como Vans, Volcom o Converse. Los precios, al menos cuando nosotros estuvimos y a pesar de que el cambio euro/dólar no era muy bueno, compensaban bastante y había algún que otro chollo más que interesante, así que nos cargamos de zapatillas, camisetas, camisas y sudaderas. Por lo que este año también tocaría hacer tetris con la maleta para que quepa todo a la vuelta.

Llegado el momento en que vimos que en nuestras carteras había telarañas en lugar de billetes, decidimos abandonar Premium Outlets y dirigirnos al siguiente punto de nuestro itinerario, la ya mítica Fremont Street, la zona más antigua de la ciudad y donde nacieron los primeros casinos y hoteles. Nos encantó pasear por sus calles, con ese aire decadente y esa autenticidad inimitable.

Para cenar llevábamos anotado un restaurante algo especial. Recomendado por nuestros compis viajeros asturianos, Viajeros Confesos, decidimos animarnos a probar Heart Attack Grill, un afamado restaurante de la zona que apareció en el programa de Crónicas Carnívoras (Man vs Food). El plato principal del restaurante es la hamburguesa y cuidado con pedir de más, porque los que no terminen su comida, son azotados en el trasero con una pala de madera por los camareros (disfrazados de enfermeras y enfermeros). El restaurante está ambientado en un hospital y nada más llegar, te visten con una bata típica de paciente. En el exterior del restaurante también existe una báscula para comprobar cuánto pesas antes y después de haberte comido la súper hamburguesa ultracalórica que sirven. No sabemos si fue por el hambre que llevábamos, pero las hamburguesas nos parecieron que estaban riquísimas.

En esta misma calle tiene lugar uno de los espectáculos más importantes de la ciudad, Fremont Street Experience, una pantalla gigante de unos 420 metros de longitud, recorre toda la calle y al anochecer, cuando las luces se apagan, dan paso a un espectáculo de música y color. Esta zona nos pareció muy auténtica y fue lo que más nos gustó de nuestra estancia en Las Vegas.

Mañana tocaría abandonar esta locura de ciudad para adentrarnos en un lugar totalmente opuesto, próxima parada: Death Valley (El Valle de la Muerte).

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