Comienza a amanecer a las 5.30 en el Gran Cañón y nosotros ya estamos apostados en Mather Point, punto elegido para verlo. Describir con palabras las sensaciones que se sienten, se hace imposible, esto hay que vivirlo. Allí estuvimos un buen rato hasta que el sol iluminó todo el cañón y nos cegó con sus rayos. Un comienzo de día que no podremos olvidar nunca.
Nos vamos a nuestra cabaña a recoger el equipaje y desayunar antes de partir al punto fuerte del día. Hoy visitaremos Monument Valley, aunque antes, terminaremos de ver algunos de los miradores del Gran Cañón.
Ya con las pilas cargadas, cogemos el coche hasta el aparcamiento del Visitor Center. Desde aquí, tomamos el bus de la línea Kaibab Rim Route (línea naranja) hasta Yaki Point (a este punto no está permitido el acceso de vehículos privados). Aunque es difícil elegir uno en concreto, para nosotros este fue uno de los miradores más espectaculares de todo el parque.
Volvimos de nuevo al Visitor Center para ahora sí, poner rumbo a Monument Valley. La salida del parque la hacemos por la llamada Desert Drive, la parte este del Gran Cañón. Una buena despedida en la que fuimos parando por cada uno de los miradores que la forman: Pipe Creek Vista, Grandview Point, Morant Point, Lipan Point, Navajo Point y el que da nombre a la carretera, Desert View Point.
Nos esperan 2 horas y media de viaje hasta llegar a Monument Valley, así que descapotamos nuestro Mustang, nos acomodamos y ponemos música para comenzar a disfrutar del paisaje y las horas de conducción. Empezamos a ver puestos de indios donde vendían artesanía cada pocas millas y decidimos parar en uno de ellos. Con tan buena suerte que desde allí y tras un breve paseo, se podían obtener unas bonitas vistas de Little Colorado River (hemos añadido este punto a los mapas de google que teníamos para el viaje, podéis verlo aquí).
No pudimos pararnos mucho tiempo más, podía seguirse un camino un poco más largo hasta un segundo mirador, pero las ganas de llegar a Monument Valley y las señales que advertían de la presencia de serpientes, tarántulas, escorpiones y demás bichos “bonitos” nos hicieron dar la vuelta.
Antes de irnos, nos acercamos a uno de los puestos de los indios para comprar dos atrapasueños. El indio del puesto nos explicó para qué servían, qué significaba cada figura del atrapasueños y también que el dibujo de la red tejida, era la de su familia. Un gran recuerdo del viaje que ahora guardamos con mucho cariño en nuestra casa.
Volvimos al coche, el sol nos hacía achicharrarnos por lo que capotamos el Mustang, pusimos el aire acondicionado y seguimos en ruta acompañados por paisajes desérticos.
El hambre apretaba, por lo que decidimos parar a comprar algo en una gasolinera por la que pasamos, perdida en mitad de la nada. El paisaje ya había cambiado y los rasgos de muchas de las personas también, estamos en territorio indio. Un señor que había en ésta se interesó por saber de dónde éramos y se sorprendió por vernos perdidos por allí. Se ve que no se dejaban caer muchos turistas por la zona. Detalles que hacen el viaje más enriquecedor, los americanos nos demuestran cada día lo amables y acogedores que son hacia nosotros.
Adelantamos el reloj una hora, acabábamos de cruzar la línea que separa Arizona de Utah, estamos en un nuevo estado. Unas millas más tarde comenzaban a avistarse unas formas a lo lejos, nervios, mucha emoción, estábamos llegando a Monument Valley.
Una vez allí, pagamos la correspondiente entrada de 20$ por coche, ya que este parque no entra en el Annual Pass y nos dirigimos a hacer el check-in de nuestro alojamiento para esta noche, las nuevas cabañas del hotel The View (tenéis la review sobre estas en el post de alojamiento).
Ahora sí, nos vamos a disfrutar de este precioso valle. La carretera Valley Road, es la que recorre este bonito valle rojizo. Hay quien dice que ésta solo puede hacerse con un vehículo tipo SUV, pero para nada es cierto. Nosotros hicimos el recorrido a bordo de nuestro querido Mustang y se portó como un campeón. El tramo transcurre por unas 17 millas y se tarda unas 2 horas y media en completarlo con las paradas correspondientes. Nos encantó todo el recorrido y no podíamos dejar de parar cada vez que veíamos un hueco, la cámara echaba humo.
Cuando ya empezaba a caer el sol, decidimos que era hora de dar la vuelta, nos quedaron dos o tres puntos por ver de los más lejanos, pero queríamos llegar con tiempo a nuestra cabaña para cenar y ver anochecer.
El coche quedó literalmente naranja, así como toda nuestra piel. Nos dimos una ducha y nos hicimos unos sándwiches que degustamos con unas vistas que jamás olvidaremos.
Este viaje está siendo cada día más alucinante y especial, toca irse a dormir, mañana el despertador sonará pronto para poder ver amanecer desde este fascinante lugar.
Y para completar el post, os dejamos el vídeo que creamos de Monument Valley, esperamos que os guste!
Wow chicos!! Qué lugar tan maravilloso y qué ganas de verlo en vivo y en directo! Con estas fotos y todo lo que contáis… Nuestra ilusión o una de ellas, sería hacer la Ruta 66. 🙂
Lo primero gracias por leernos. Pues nosotros este año nos vamos a hacer ma ruta 66, así que estas atentos 😉