Hoy tocaba madrugón para poder visitar uno de los lugares más turísticos de Tokio, la lonja de pescado de Tsukiji.
Salimos del hotel hacia la estación de Metro de Okachimachi para dirigirnos directamente a Tsukiji. Amaneció un día perfecto, unos 25 grados, nubladito y sin lluvia, el clima perfecto para disfrutar de Japón. Hubo un momento en que el Sol se asomó entre las nubes y nos quisimos morir, así que empezamos a temer lo que nos espera en Kioto.
Una vez en Tsukiji, no es nada complicado acceder al recinto de la lonja, ya que se encuentra a escasos metros de la estación y hay un par de planos que indican perfectamente la situación y las distintas entradas. Se puede acudir a la subasta del pescado pero está limitado a 150 personas diarias y según hemos leído, ha habido gente que no ha podido entrar ni estando allí a las 4 de la mañana, así que preferimos visitar la lonja tranquilamente y no arriesgarnos.
Hay dos zonas de venta de pescado, una exterior, donde también se venden vegetales y una interior, la principal, a la que solamente se puede acceder a partir de las 9 de la mañana. Así que primero estuvimos deambulando un poco por los callejones abarrotados de gente, al tiempo que admirábamos el género, nos impregnábamos de los distintos olores y de vez en cuando esquivábamos alguna bicicleta kamikaze.
En esta zona exterior, también hay numerosos restaurantes de sushi donde la gente suele desayunar. A nosotros nos resultó imposible meternos pescado a esas horas, así que optamos por un café con leche de máquina mientras seguíamos disfrutando del paseo por Tsukiji. Moverte por esta zona es una locura, hay que andar con mil ojos para que no te atropelle una de las infinitas carretillas transportadoras que no dejan de circular por allí. Mires donde mires, hay gente trabajando sin descanso, carretillas, furgonetas, bicicletas…es una auténtica locura.
La zona interior no se queda corta en este aspecto, encima es aún más difícil moverte al ser los pasillos más estrechos. En esta parte nos encantó ver tantas variedades de pescados y mariscos a la venta, aunque nos quedó la sensación de estar molestando a los trabajadores. La lonja de Tsukiji no está preparada para el ritmo de los turistas, a veces se nos olvida que allí la gente está trabajando, no realizando alguna actuación para entretener al personal. Por supuesto que recomendamos su visita, pero a poder ser, que no sea muy prolongada para estorbar lo menos posible.
Tsukiji visto, volvimos a la estación para coger el tren hasta Ryogoku. Allí visitamos el museo Edo-Tokyo, cuyo edificio es más grande de lo que pensábamos e impresiona bastante cuando estás debajo. Justo al lado está el edificio del museo del Sumo, que también impone lo suyo.
Dentro del Edo-Tokyo pudimos ver una exposición bastante variada con piezas arqueológicas, utensilios, armas, etc., de distintas épocas de la historia japonesa. También pudimos contemplar varias maquetas de distintas localizaciones reales, que se podían ver con unos prismáticos para apreciar cada detalle. Bastante curioso e interesante.
Nada más salir del museo y tras casi olvidar el paraguas de nuevo, tomamos el metro hasta Ueno, ya que hoy teníamos pensado comer cualquier cosilla en la habitación del hotel, para descansar un rato y recargar pilas para la tarde. De camino al hotel nos tropezamos nuevamente con la tienda Yamashiroya, así que tuvimos que entrar. Somos felices paseando por este tipo de tiendas, no te cansas nunca!
Finalmente hicimos una parada en un Lawson (supermercado) y nos compramos un par de Onigiri, una bolsita de pollo frito y Melon Pan, para comerlo en la habitación tranquilamente. Todo estaba buenísimo y comimos viendo las noticias, intentando adivinar lo que estaban diciendo los presentadores XD. En cuanto al Melon Pan, teníamos muchas ganas de probarlo, ya que todo el mundo habla maravillas de él. La verdad que está muy rico, nos recordó muchísimo al sabor y la textura de un bollo suizo. Aquí la foto:
Después de comer aprovechamos para descansar un poco los pies y tomarnos un respiro. La verdad es que a veces queremos ver tantas cosas sin parar, que no tenemos en cuenta el hacer pequeños descansos y al final el cuerpo se resiente.
Volvimos a arrancar el motor a eso de las cinco y nos dirigimos nuevamente a la estación de metro para encaminarnos hacia el último destino del día, Shinjuku. Lo primero que llama la atención de Shinjuku es su estación de tren…madre mía, es interminable! Cada vez que doblábamos una esquina para enfocar la salida, aparecía un nuevo pasillo recto de 200 metros ante nosotros. Era como una especie de bucle del que no podías salir.
Después de varios minutos, alcanzamos la salida y localizamos el primer punto de interés de la tarde, el Tokyo Metropolitan Government Building, o lo que es lo mismo, el Ayuntamiento. Es un edificio de unos 240 metros al que se puede subir de forma gratuita hasta la planta número 45, donde hay un observatorio. Desde allí pudimos contemplar unas bonitas vistas de la noche tokiota.
La última parada del día fue en el East-Side Square, donde se encuentra el edificio de las oficinas de la compañía de videojuegos Square Enix. Una lástima que no se puedan visitar por dentro para ver qué se está cociendo, aunque nuestro destino real era otro, Artnia, la tienda-cafetería oficial de la marca. Nuestra idea principal era merendar en plan rápido y más tarde cenar algo en algún otro lugar de Shinjuku…pero al final, viendo la carta no pudimos resistirnos y pedimos esto:
Sí, eso es la espada de Cloud, de Final Fantasy VII.
Además de cafetería, cuenta con una tienda de merchandising oficial de los videojuegos publicados por la compañía, sobre todo Dragon Quest y Final Fantasy. Lo más bonito era una sala en la que hay colgado del techo un cristal de poder, tan recurrente en las historias de Square, rodeado de una cortina de agua. En esa misma sala se podían contemplar diversas figuras de colección, ilustraciones del diseñador Tetsuya Nomura y varias joyas exclusivas ambientadas en las franquicias de la marca.
Rotos rotísimos volvimos al hotel tras hacer la parada habitual en un Family Mart para cogernos unos cafés y terminar otra jornada más.
Mañana Kit Kat y Lolitas…si encontramos alguna!
Matta ne!
¡¡¡Quiero ese sombrero chipirón!!! Jajajjaja
Nosotros también! El paisano era la caña, incluso se lo dejó a una chica para que se hiciese una foto.
Al final fanta sí, eh? 😉
Chavales, lo del merchandising y figuritas… pa dale de comer a parte. Qué envidia!
Suerte mañana con las lolitas… y el kitkat???
Al final fanta sí! Es una auténtica locura, Jaime…hay demasiadas cosas!
Bueno chicos yo como siempre el últimu en dar opinión, pero bueno ya veo que lo estaís pasando de cine.
Así que a disfrutalo. Un besu.
PD.: El de la cabeza pulpo nun tien desperdiciu jajaja….
Jaja, el señor chipirón causó sensación. Lo de los hombres-anuncio aquí no se pasa de moda, hay cada uno…
Yo también quiero un sombrero chipiron-pulpo o lo que sea jejeje. Pedazo de ayuntamiento!!!! Y preciosas las vistas. De la merienda no digo nada, con el hambre que tengo ahora mismo jejeje. Esperamos con ansias la entrada de mañana!!!! Esto engancha de nuevo jejeje. Besosssss
Como encontremos el gorro a la venta, te lo llevamos, eh? 😉
A falta de una entrada, ahora hay dos! Se nos acumula el trabajo!
Lo que mas me gusto el postre jejejjej ya veo que lo estais disfrutando a tope
besinossss
Jajaja, encima con lo que te gustan las tortitas! En la foto no se ven bien, pero eran enormes!
Lo de la lonja tiene que ser una pasada, lo guay seria ir con alguien que entienda del genero por que la variedad de pescados y mariscos tiene que ser una pasada. Que pena que no os entrara el sushi tan de mañana seria un desayuno perfecto XD
DIOS el cafe de Square T_T , como mola el cafe chocobo, la espada de chocolate y el pankeke de moguri, el merchandaising ahí tiene que ser una pasada de caro, eso si el detalle del cristal me parece una pasada *O* Quiero ir KUPO !!!
Habéis probado mucha comida de esa ya preparada en los supermercados?? como las bandejas de comida tipo bentos que venden, o solo los onigiris y cosas así?
La verdad que solo hemos comido onigiris, porque el sushi es tan barato en los restaurantes que merece la pena comerlo recién hecho. Pero sí, hay una variedad increíble de comida preparada, desde bentos con sushi, hasta curry con arroz.