Japón, Viaje 2014

Yo para ser feliz quiero un avión

Bueno, pues milagrosamente hemos llegado a Madrid…y digo milagrosamente porque es la primera vez que venimos en…¿avioneta? Cuando cogimos el autobús que nos desplazaría por la pista hasta nuestra aeronave, ya dábamos por hecho que iba a ser un avión pequeño, pero en cuanto nos detuvimos descubrimos que la palabra «pequeño» se le quedaba grande. Es una pena que no le haya sacado ninguna foto, pero para que os hagáis una idea, lo primero que me vino a la mente al verlo fue esto:

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Hélices! Tenía hélices! Solo le faltaba el color para ser el avión del Barón Rojo. Por dentro era claustrofóbico, era como ir en una furgo con alas (esto molaría bastante, no nos engañemos). Nunca me había dado tan mala espina un vuelo como el de hoy…y mira que no soy nada amante de estos viajecillos por el aire. Lo que me recuerda que mañana nos espera una travesía de unas 15 horas en total y tengo fe en que el avión en cuestión sea grande, muy grande, tan grande que le cueste hasta despegar…algo así:

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Lo importante es que hemos llegado sanos y salvos, como cualquiera que no se estrelle, vamos. Ahora toca descansar y prepararse mentalmente para el viaje, sobre todo para no sufrir las consecuencias del Jet Lag, ya que nos pasaremos en el aire prácticamente el lunes entero, para empezar a movernos por Japón el martes a las 8 de la mañana. Menos mal que nos darán la bienvenida algún monstruo gigante y otro de bolsillo….no digo más para no destripar nada, os lo contamos el martes!

Besos y abrazos!

4 comentarios en “Yo para ser feliz quiero un avión”

  1. Bueno, bueno,creo que asi tendreis algo mas que contar y saber como eran esos primeros vuelos de pasajeros….la comida supongo que la darian por unidades, 1 aceituna por persona y una uva….

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